Un branding o marca personal poderosa te posiciona en tu sector, te abre puertas y es de gran valor para la imagen de tu empresa.
La admiración, respeto y confianza que inspiran las organizaciones, influye directamente sobre las decisiones de compra, inversión y trabajo.
Es la llamada “economía de la reputación”, un nuevo modelo de gestión empresarial que basa gran parte del crecimiento de los negocios en su imagen, de acuerdo con Business Review.
En esta “economía de los intangibles”, el peso más fuerte de las grandes empresas está en su marca, no en sus activos físicos. De hecho, hasta el 80 por ciento del valor total de una organización reside en sus recursos intangibles.
Y en este entorno, el branding o marca personal nunca había sido tan importante, por sus beneficios tanto para el individuo como para las empresas. Bien manejado, el branding personal:
- Te posiciona como experto en tu área
- Te ayuda a inspirar confianza
- Genera nuevas conexiones y relaciones de trabajo
- Incrementa la exposición de tu empresa
- Refuerza la reputación de tu negocio
Nutrir tu marca todos los días
Aun cuando no te esfuerces en proyectarte, tu trabajo y personalidad ya hablan por ti, por lo que es buena idea trabajar conscientemente en tu branding. Es un trabajo permanente, pero los esfuerzos deben ser mayores en los momentos clave de nuestra trayectoria profesional.
El primer gran momento es al inicio de nuestra carrera o durante el arranque de un negocio, cuando estamos creando o reinventando nuestra marca personal. Los expertos en marketing nos ofrecen tres grandes claves para lograrlo:
1. Tu diferenciador
Escribe lo que estás haciendo actualmente y luego responde: ¿qué es aquello que te hace realmente feliz cuando realizas una actividad? ¿Qué te hace diferente? ¿Cuál es tu mayor rareza en el mundo profesional?
Cuando un profesional o empresa no comunica su elemento diferenciador, entonces sus oportunidades quedan sujetas únicamente al precio.
2. Tu audiencia o target
Sí, las personas también deben establecer su target, es decir, el segmento donde se encuentran sus prospectos. Si eres un profesionista en busca de nuevas oportunidades, el target es el grupo de reclutadores o personas que trabajan donde te interesa laborar.
Si tienes tu negocio, seguramente tu target está compuesto por los posibles socios comerciales, inversionistas, proveedores, distribuidores y empleados de tu empresa.
Pero definir tu audiencia es tan solo el primer paso. Después debes preguntarte cuáles son sus problemas, preocupaciones y motivaciones, para que estudies cómo puedes empatar con ellos. Y en estos tiempos, es indispensable que conozcas en qué espacios y redes sociales se mueven.
3. Tu estrategia
Fíjate unos objetivos que sean concretos y alcanzables y vayan en consonancia con el resto de tu estrategia o plan de marketing. Aun cuando seas empleado, es aconsejable que elabores este plan para ayudarte a alcanzar tus metas profesionales.
Los expertos recomiendan establecer objetivos con distinta periodicidad: ¿qué deseas lograr en seis meses?, ¿y en dos años?
Recuerda que los proyectos más ambiciosos pueden necesitar más de un año para verse concretados, por lo que es importante plantear la estrategia con realismo.