La independencia económica es crucial para que las mujeres logren su autonomía y superación. Esta es la premisa que mueve al #Reto4mil, iniciativa que a dos años de su creación ha logrado un efecto multiplicador y que pronto podrán replicar las empresas.
Con 36 años de edad y originaria de Zaragoza, Eloína Torres cuenta que siempre tuvo el sueño de ser maestra. Por las carencias económicas de su familia y la lejanía de su comunidad, ubicada a 7 kilómetros de la cabecera municipal, no pudo estudiar en su juventud para alcanzar su objetivo.
Ahora, como instructora en el programa Reto4mil, Eloína imparte cursos de capacitación a mujeres y revela que por fin se siente realizada. “Me siento muy orgullosa de mí, de mis hijas y de ustedes que me dieron esta oportunidad. Siento que estoy realizando lo que yo realmente quería”, dice en entrevista con Elena Olascoaga, quien junto con Cristina Azuara coordina este proyecto en México.
De origen totonaca, Himelda Ortega es una madre de 51 años que hasta hace poco sacó adelante a su familia gracias a sus bordados. Aún así, sentía que no podía aspirar a más en su vida. Ahora, la veracruzana se estrena como abogada e imparte talleres donde aprovecha su experiencia artesanal.
Estas historias se multiplican por todo el país, gracias a “Reto4mil: Mujeres invirtiendo en su vida”, una iniciativa del proyecto global Marketplace Literacy Project (MLP), que trabaja con un método de Madhu Viswanathan, profesor e investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad de Illinois.
Alfabetización financiera
La iniciativa, financiada en México por el Departamento de Estado de Estados Unidos a través de un fondo de 75 mil dólares, busca empoderar a mujeres de bajos recursos con capacitación en finanzas, mercados, emprendimiento, desarrollo personal y autoestima.
Con presencia en India, Tanzania, Estados Unidos, Honduras, Uganda, Argentina y México, MLB trabaja con comunidades marginadas, educándolas en temas de finanzas personales, emprendimiento y sustentabilidad.
Desde que México adoptó el proyecto, en diciembre de 2016, Olascoaga y Azuara se encargaron de establecer las alianzas para replicarlo y han signado convenios con secretarías de Desarrollo Social y de Economía a nivel local. ¿El resultado? Han trabajado ya con 4 mil 500 mujeres, de manera directa o a través de los grupos que se encargan de trabajar con este esquema.
Además, operan ya en varios estados como Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala, Nuevo León, Aguascalientes, Coahuila y Tamaulipas. Universidades como el Tec de Monterrey y la UDEM también se han sumado.
Un modelo de trabajo diferente
No es necesario que las participantes sepan leer ni escribir. Tampoco que posean conocimientos básicos sobre economía o finanzas. A diferencia de los cursos convencionales, en este programa se aprovecha la experiencia que han ido adquiriendo las mujeres en su vida cotidiana o como madres de familia.
Un punto central es que se les ayuda a tomar conciencia de las habilidades y recursos que ya poseen, por ejemplo, a distinguir el valor de los productos de su trabajo. Así ocurrió en el caso de Himelda Ortega, quien antes de Reto4mil no le concedía su verdadero valor a sus bordados.
Las empresas interesadas en replicar este proyecto podrán hacerlo pronto, pues los talleres están en proceso de certificación con el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (Conocer).