5 lecciones que Faraday Future pudo aprender de Tesla

Uno más de los supuestos “Tesla killers” se derrumba. Faraday Future, la compañía que prometía superar a Elon Musk en el mercado de coches eléctricos y autónomos, ya es considerado como uno de los proyectos industriales más desastrosos de la historia.

En abril de 2016, el multimillonario Jia Yueting se paró en el escenario del Auto Show de Beijing para presentar lo que aseguró era el prototipo del primer automóvil eléctrico superior al Model S de Tesla: el modelo LeSEE.

Al instante, un vehículo blanco y de apariencia futurista arribó al lugar sin conductor, manejándose completamente solo. “LeSEE supera al Model S de Tesla con una aceleración más rápida, de 0 a 100 kilómetros; mayor distancia por carga de batería, y una mayor velocidad”, aseguró Yueting a la sorprendida audiencia.

La mayor sorpresa vendría semanas después, cuando trascendió que el auto había sido manejado a distancia por control remoto. Si bien se sabía era un prototipo, el que Yueting mintiera sobre su autonomía se consideró un engaño.

Este fue el primer episodio de una historia que sigue su curso y que reúne todos los requisitos de un buen drama: protagonistas insólitos, giros inesperados, engaños y víctimas. Sin mencionar las promesas de humo y 800 millones de dólares (MDD) que se esfumaron en cuestión de meses.

Sería una tragicomedia más, si no se tratase del devenir de Faraday Future (FF), la compañía que apenas hace tres años prometía rebasar a Tesla y que recientemente despidió a cientos de empleados tras declararse insolvente.

La historia

[bctt tweet=”Faraday Future no es solo otro “Tesla killer” que “muerde el polvo”; con expectativas tan elevadas y tropiezos tan pronunciados, algunos analistas ya lo consideran un clásico para los casos de estudio en las carreras de negocios sobre lo que nunca se debe hacer.” username=”expertopymemx”]

Faraday Future no es solo otro “Tesla killer” que “muerde el polvo”; con expectativas tan elevadas y tropiezos tan pronunciados, algunos analistas ya lo consideran un clásico para los casos de estudio en las carreras de negocios sobre lo que nunca se debe hacer.

En 2014, FF fue fundada en California, por Yueting, presidente de LeEco (de “Le Ecosystem”), un conglomerado tecnológico llamado “el Netflix de China”. La empresa inició ofreciendo servicios de entretenimiento streaming y terminó incursionando en la venta de smartphones, televisores y hasta productos financieros. A la par de FF, LeEco supuestamente desarrollaría automóviles y LeSEE sería el primero de ellos.

La nueva apuesta del multimillonario chino se anunció como un ecosistema digital que cambiaría para siempre la movilidad en el mundo. Con Faraday Future, competiría en el mercado de los coches eléctricos desde la meca de la revolución digital en California.

Tras un veloz inicio que llevó a FF a emplear hasta mil 500 personas en un año y a proyectar la construcción de una fábrica de mil MDD en Nevada, en 2016, se hicieron evidentes los problemas financieros y la falta de resultados concretos.

En 2018, fue salvada por un acuerdo con la compañía china Evergrande, quien se comprometió a entregar 2 mil MDD a cambio de una participación accionaria. El primer pago de 800 MDD se entregó a principios de ese año, pero para julio esa cantidad ya había desaparecido. Sin rendir cuentas, Yueting acusó a su socio de incumplir con el calendario de pagos, por lo que se negó a entregar las acciones.

En los últimos meses, FF ha despedido a miles de trabajadores y sus fundadores han dejado la compañía. A partir de esta historia, y de lo que sabemos de la firma de Elon Musk, podemos identificar algunas lecciones de negocios con las que FF pudo tener más oportunidades de convertirse en un verdadero “Tesla killer”.

  1. Gestión inspiradora

Si bien Elon Musk es un personaje excéntrico en sus declaraciones y conductas al grado de ser noticia global con frecuencia (un medio estadounidense tiene un segmento llamado “This week in Elon”), nadie puede negar su capacidad para inspirar, su visión y liderazgo al frente de Tesla Motors.

Yueting es criticado por ser todo lo contrario. Según el periodista Sean O’Kane en un reportaje de The Verge que recoge testimonios de exempleados y altos ejecutivos de FF, su gestión careció de previsión, coordinación e, incluso, cordura.

YT, como también es conocido, ahora es prófugo de su país por sus problemas financieros. LeEco entró en bancarrota luego de que el gobierno chino congelara las cuentas del empresario, junto con las de su esposa y algunos colaboradores cercanos.

  1. Crecimiento orgánico

[bctt tweet=”En administración, el crecimiento orgánico implica un crecimiento con planeación, sin sobrecargar su capacidad instalada ni desgastar al equipo de trabajo. Es mirar al futuro con una visión clara y, a partir de ahí, establecer estrategias de negocio.” username=”expertopymemx”]

En administración, el crecimiento orgánico implica un crecimiento con planeación, sin sobrecargar su capacidad instalada ni desgastar al equipo de trabajo. Es mirar al futuro con una visión clara y, a partir de ahí, establecer estrategias de negocio.

Las historias de FF y su hermana asiática LeEco revelan las pretensiones de un crecimiento acelerado, inorgánico y sin fundamento en sus capacidades, con resultados ya conocidos.

  • A principios de 2015, Yueting encargó un plan de producción a sus ejecutivos. Los expertos de FF proyectaron fabricar un máximo de 50 mil unidades a largo plazo.
  • A Yueting no le pareció un plan suficientemente ambicioso y exigió varios modelos con una producción de 150 mil unidades anuales.
  • Tras semanas de trabajo, los ejecutivos presentaron dicho plan, advirtiendo que se requería una inversión de 3 mil millones de dólares (MDD).
  • Sin ningún apoyo técnico ni plan financiero, Yueting pidió elevar la producción hasta 5 millones de unidades para el 2025, cifra que supera la producción anual conjunta de BMW y Daimler.
  • Hasta la fecha, no se ha iniciado la producción de su primer modelo: el FF91.
  1. Desarrollo de productos y servicios, no promesas

Un automóvil eléctrico con inteligencia artificial, más de 30 elementos de reconocimiento para la conducción autónoma y perfiles de usuario, así como una batería con duración superior a 600 kilómetros y una velocidad inicial de 0 a 100 en 2.39 segundos.

Era el prototipo del modelo FF91: el inicio con el que FF prometía cambiar para siempre nuestra relación con el automóvil. En enero de 2017, Yueting se paró frente a una audiencia -esta vez en Las Vegas- para presentarlo.

Para muchos, fue evidente que el modelo se fabricó a toda prisa. Aún así, FF lo puso en preventa: quien depositara 5 mil dólares mediante su página oficial sería el propietario de este auto cuyo precio final se desconocía. En 36 horas, se recibieron 64 mil reservaciones.

Como se ha señalado, hasta la fecha no ha iniciado su producción.

  1. Optimización de recursos

Cuando Faraday Future anunció una planta de producción para su modelo FF91, los analistas pensaron que iría por la fábrica que Mitsubishi había cerrado en Illinois y que vendía por solo un dólar. FF tendría que pagar solamente entre 100 y 200 millones de dólares para reequiparla, según The Verge.

En su lugar, la compañía anunció una fábrica de mil MDD en Nevada, la cual tendría una fachada de espejos, con la ambición de ser un destino turístico y de imitar a la gigafactoría de baterías de litio de Tesla y Panasonic en el mismo estado.

Algo similar ocurrió con sus finanzas. Según The Verge, Yueting operaba Ocean View, una compañía inmobiliaria a través de la cual adquirió mansiones californianas por 21 millones de dólares, junto con chefs privados y Lamborghinis a la puerta.

  1. Retención del talento

Además de contratar masivamente a cientos de empleados -al parecer, muchos de ellos sin tareas reales-, FF atrajo a ejecutivos renombrados de BMW, Lamborghini, Chevrolet, Jaguar Land Rover, e incluso Tesla y SpaceX.

Sin una cabeza visible en medio de un gasto descontrolado, objetivos imposibles y cambios de rumbo constantes, las mentes brillantes huyeron, según reportó Jalopnik, medio especializado en noticias de la industria automotriz.

  • Marco Mattiacci, ex director de Ferrari Norteamérica, fue contratado en junio en 2016; renunción para diciembre.
  • Stefan Krause, su CFO, renunció en octubre de 2017, alegando conflictos con Yueting. FF emprendió una campaña en su contra y lo acusó de plagio.
  • Richard Kim, diseñador de BMW durante más de 10 años, fue contratado como jefe de diseño y renunció en noviembre 2017.
  • Peter Savagian, célebre ingeniero salido de General Motors, considerado una de las piezas claves en el área técnica, también salió de forma intempestiva.
  • Nick Sampson, Alan Cherry, Tom Wessner y Dag Reckhorn, cuatro de los ejecutivos fundadores, dejaron la compañía entre agosto y octubre de este año.

En el cierre de 2018, solo se sabe que los empleados de FF con mayor antigüedad siguen trabajando, pero con un salario máximo de 50 mil dólares anuales. Para sus extrabajadores, se abrió una petición de crowdfunding en GoFundMe. El ex ejecutivo Reckhorn fue el primero en aportar, al entregar 10 mil dólares.

 

<h4 class="item-title">Yenisey Valles</h4>

Yenisey Valles

Hago periodismo económico desde el 2002 y me especialicé en esta área con un diplomado en el Tec de Monterrey. Soy comunicóloga, maestra en Humanidades por la UDEM y doctora en Ciencias Sociales con orientación en Desarrollo Sustentable por la UANL. Actualmente, soy Content Manager en Bind México, además de impartir talleres de redacción en posgrado.

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