No existe un solo tipo de personalidad que sea más proclive al éxito empresarial. Pero sí hay al menos 8 arquetipos que se encuentran entre los emprendedores.
Steve Jobs es para muchos el prototipo del empresario ideal por su capacidad de innovar e inspirar. En contraparte, el también admirado Warren Buffett nunca ha lanzado un producto disruptivo: se ha dedicado a invertir en industrias conservadoras.
Tanto el fundador de Apple como Buffet no están solos en la cima de los más admirados. Lo acompañan otras figuras de referencia, como el CEO de Starbucks, Howard Schultz; el fundador de Amazon, Jeff Bezos y el fundador de Grupo Carso, Carlos Slim Helú.
Schultz es famoso por rasgos que podrían considerarse opuestos a Steve Jobs, pues de él se reconocen su disciplina financiera y la eficiencia en los procesos. Fue así como logró sacar a la cadena de cafeterías de la recesión económica.
De igual manera, Slim es alabado por su gran sentido de oportunidad: en la crisis mexicana de 1982, mientras todos corrían, él se dedico a comprar empresas con graves problemas financieros para hacerlas funcionar y venderlas posteriormente a un precio mayor. El resto es historia.
No existe un solo tipo de personalidad que sea más proclive al éxito empresarial. Pero sí hay al menos 8 arquetipos que se encuentran entre los emprendedores exitosos, de acuerdo con Eduardo Remolins, fundador de la red social Emprendedor Zen y autor de “El arte de crear riqueza”.
Remolins aconseja a las personas emprendedoras que detecten el arquetipo con el cual se identifican y crecer a partir de ahí, conociendo las fortalezas y debilidades propias.
1. El inventor
Intuitivo, creativo, soñador y original, le gusta iniciar empresas con alto nivel de innovación. Sin embargo, es poco constante y planificador, por lo que tiene la tendencia a vender su negocio a las primeras dificultades o, simplemente, cerrar las puertas.
Se aburre fácilmente y no planifica, por lo que necesita de un socio analítico -por ejemplo, un tesorero o un arquitecto- que le ayude a mantener en marcha sus proyectos.
2. El tesorero
Administrador muy estricto, sabe controlar los flujos de caja, los reportes contables y los procesos de la empresa en general. Sin embargo, presenta dificultades para la negociación y las relaciones personales.
Necesita aliarse con personalidades más afables y negociadoras, como el capitán, el artista o el innovador. Su gusto por la innovación es bajo, pero puede ser compensado con su alta planificación, ya que la ausencia de ésta es una de las principales razones de quiebra entre las empresas mexicanas.
3. El arquitecto
Este perfil es constante, maneja un método de trabajo y es eficiente para crear sistemas de producción, venta y distribución de los productos. Sin embargo, puede ser conservador para tomar riesgos y no destaca por sus niveles de creatividad.
Al lado del tesorero, puede echar a andar empresas altamente eficientes, productivas y rentables. Con artistas e inventores, puede generar un equilibrio exitoso: mientras ellos aportan la creatividad, él o ella introduce un sistema de trabajo.
4. El artista
En este arquetipo, el artista es extrovertido, se le facilita relacionarse, gusta de aparecer en los medios de comunicación e innova con frecuencia. En contraparte, es poco planificador, le cuesta ejecutar y se le dificulta manejar proyectos.
5. El capitán
Líder nato, el capitán genera confianza entre la gente que lo rodea, es un buen motivador y conduce hacia el logro de objetivos. Pero tiene que esforzarse para dar órdenes, debido a su empatía y necesidad de hacer sentir a las personas a gusto.

6. El canciller
Negociador, con capacidad de escucha y excelente para las relaciones interpersonales, el canciller logra acuerdos y saca adelante proyectos de alta complejidad, que involucran la colaboración de muchas personas.
Sin embargo, a diferencia del artista, el canciller maneja un perfil bajo y es poco imaginativo. Por esta razón, hace una mancuerna exitosa con perfiles más innovadores y creativos, como el inventor y el propio artista.
7. El mercader
Hábil para negociar y convencer, es una personalidad muy pragmática y orientada a los resultados, más que a las personas. Este perfil compra barato y vende caro, pues su principal interés es hacer negocios. Sus mayores apegos son materiales.
Sin embargo, puede llegar a ser poco confiable y a enfrentar dificultades para las relaciones interpersonales.
8. El coleccionista
Paciente y analítico, el coleccionista sabe manejar los tiempos de las transacciones: invierte a largo plazo porque no le urge obtener resultados. Con sus habilidades, detecta los momentos adecuados para comprar y vender.

Este perfil sería el típico del buen inversionista en la bolsa de valores. Sus debilidades están en el marketing personal y en su habilidad para idear soluciones.
Por supuesto, ninguno de estos arquetipos define por completo una personalidad emprendedora, pero sí marcan un perfil a través de sus rasgos dominantes. Esta orientación depende en gran medida de la:
- Intuición, es decir, la capacidad para innovar
- Percepción sensorial, que da el sentido de oportunidad
- Introversión, que define las inclinaciones analíticas
- Extroversión o inclinación para relacionarse con otras personas